Desde Munich 1972 que las mascotas fueron adoptadas por las diferentes sedes
y cada una de ellas, con su estilo y toques particulares según la
región, suelen cautivar a los millones de fanáticos que siguen las
diferentes competencias olímpicas.
En este sentido, el simpático perro salchicha Waldi fue el precursor en esto de las mascotas, cuando Munich albergó a los Juegos y mediante el cual se intentó representar la resistencia, tenacidad y agilidad.
Cuatro
años más tarde, y dada la buena repercusión que había generado la
presencia de una mascota distintiva, la ciudad canadiense no quiso
quedarse atrás y por eso presentó a Amik, un castor cuyo nombre, en lenguaje indio, se refiere a dicho animal. Amistad, paciencia y el trabajo fueron los valores que Montreal intentó transmitir mediante Amik.
Algo más curioso fue el caso de Misha, el
risueño y tierno oso que representó a los Juegos de Moscú en 1980. Y no
fue curioso precisamente por tratarse de un oso, ya que es un animal
muy relacionado con la cultura rusa, sino porque en la apertura se lanzó
un globo con la forma de Misha y, varios años más tarde, hay quienes afirman haberlo visto volando por lugares recónditos como Alaska o Siberia.
La mascota de Los Angeles 1984 fue diseñada por un dibujante de Disney, Robert Moore, quien creó un águila llamado Sam
(en clara referencia al famoso "Tío" estadounidense), que llevaba en su
mano una antorcha similar a la que tiene en su mano derecha la "Estatua de la Libertad", histórico monumento de Nueva York.
En
1988 se dio el primer caso en el que más de un animal "compartió" el
privilegio de ser la mascota oficial. La ciudad coreana de Seúl presentó a Hodori y Hosuni, dos tigres diseñados por Kim Hyun,
quien intentó reflejar las tradiciones de su país mediante estos dos
animales que suelen aparecer en las leyendas de aquellas tierras.
Un tinte algo más artístico tuvo Cobi, el perro pastor catalán que simbolizó los Juegos de Barcelona 1992, ya que el mismo fue diseñado con las técnicas de cubismo por Javier Mariscal y presentaba irregularidades en su cuerpo típicas de la conocida técnica que saltó a la fama gracias al genial Pablo Picasso.
En Atlanta 1996 podría hablarse quizás del único "fracaso" en cuanto a mascotas en toda la historia de los Juegos Olímpicos. Izzy
era, en teoría, un niño de 15 años que quería cumplir su sueño de
participar en la cita olímpica y que, gracias a los aros que tenía en su
cuerpo podía variar su forma a su antojo. Lo cierto es que la mascota tuvo mucho rechazo y nunca fue del todo aceptada por la afición.
Olli, Sid y Millie
fueron el trío que representó a los primeros juegos del nuevo milenio,
los de Sidney 2000, y cada uno de ellos tenía una función
característica. Olly era muy expresivo y comunicativo, además, el
encargado de custodiar los Anillos Olímpicos. Sid
representaba el espíritu de la competición, la fuerza en el deporte y
el ánimo a los competidores y Millie se creó tratando de imitar a una
mujer moderna que debía ser inteligente y creativa.
Mucha historia tenían en sus genes Athenà y Phèvos, las mascotas de Atenas 2004, dos niños dibujados en representación a la antigua Grecia. Además, sus nombres fueron elegidos por Athena, protectora de la ciudad y diosa de la sabiduría, y Febo, dios de las artes, la luz y el deporte.
En Beijing 2008,
los Juegos volvían a Asia y otra las mascotas iban a llamar la atención
como en Seúl 88, cuando se compartió por primera vez el protagonismo).
En esta ocasión, fueron cinco muñecos muy llamativos (Beibei, Jingjing, Huanhuan, Yingying y Niní),
quienes simbolizaban cada uno un color de los Anillos Olímpicos y
además el metal, la madera, el agua, el fuego y la tierra, elementos
tradicionales chinos.
Lo cierto es que ahora, 40 años después de la primera mascota, Londres 2012 utilizará otro binomio para representar a sus primeros Juegos. Se trata de Wenlock y Mandeville,
dos muñecos metálicos, uno con detalles en naranja y el otro en azul
que, según su propio creador, nacieron luego de la construcción del Estadio Olímpico, con el sobrante de acero que quedó de dicho emprendimiento.